Blogia
pikkitos

el amor solo sabe de amor

el amor solo sabe de amor

Amanece, y ya es tarde para perderse en el resplandor de tus ojos, amanece, y he olvidado el aroma de tu pelo, la luz de tus pupilas, la ternura de tus labios. Amanece, y quiero amarte, temiendo que llegue el día de improvisto, y la luz debilite la sed de mis labios.

He perdido la paz interior, he encontrado una estrella terrena que sacia todo mi fuego, toda mi pasión por lo abstracto, me hace olvidar que tengo palabras cuando me besa, que soy drogodependiente cuando me anestesia con su calor, que tengo claustrofobia, y pánico escénico al sueño, que sufro la vigilia de cada noche, y las sabanas me ahorcan en pesadillas y sueños XX. Me hace olvidar que odio al universo, que soy antisocial, que siento odio, y temo al cruel mundo enfermo del siglo XXI y anteriores. Me hace olvidar que tengo pasado, que quizás no tenga futuro, y mi presente se esfuma cada segundo que olvido que vivo.

Mi paz interior se marchita, pues el amor no entiende de paz, se marchita por que el corazón palpita como una bomba que explota cada vez que te siento cerca. El amor solo entiende de suicidios colectivos y drogodependencia, el amor solo sabe de amor. El amor es volverse loco, y al tiempo te sabe a poco y te transformas en un esquizofrénico repugnante con olor a colonia barata y pasión por el ego. Y todo se transforma en una conjugación gratuita del verbo querer y una profanación al “yo”.

Se marchita la sed de mi boca, si veo tus ojos borrachos de carmín, me olvido que se dormir y soñar, si vienes a mi cama esta noche a soñar despiertos y a contarnos cuentos para no dormir… Hace días que e muero de ganas por sonreírte, que me sacias las ganas por revivir cada uno de tus besos pasados. ¿Para que quiero la paz interior si duermes esta noche en mi cama, y los dos tenemos ganas de no dejarnos dormir?

Olvido todo lo espiritual, la fantasía, la armonía de la vida, los chutes de valeriana, la música de los 60. Y me paso a lo profano, la letanía, las copas de Larios al medio día, los cefelitos con churros, los tes de melisa, me desgarro la camisa y me propongo no dejarte dormir.

Siempre creí que no estaba hecha para esto, no me veía capaz de enamorarme sin miedo, jure que no sentiría algo así por un hombre, pero el amor me pillo por sorpresa una tarde, y me hizo olvidar, que no sabia amar ni quería querer.   

 Necesito una boca para comer y un corazón para enamorarme

2 comentarios

Rosa Maria -

No que gas

Anónimo -

Muy personal. Me enanta.